Termina un año sumamente difícil para el país, pues a los problemas de ineptitud política y de inseguridad se sumó la covid-19 con su cauda de muerte y desastre económico. Desde los primeros días de 2020 el panorama pintaba mal para el sector pecuario, pues los diputados oficialistas habían aprobado un presupuesto del que desaparecía gran parte de los programas de apoyo que quedaban y continuaba el desmantelamiento de la estructura gubernamental que respaldaba el trabajo de los productores. A lo largo del año se tomaron otras medidas poco meditadas y potencialmente muy perjudiciales, como la virtual legalización del contrabando de ganado procedente de Centroamérica.